Duele el alma,
sangra el corazón,
con sólo recordar tu voz,
hoy, tan ausente.
Callas, callas lo que quisieras gritar
y, en ese silencio,
envuelves mi imagen,
desearías apagar tus recuerdos de mí.
Anhelas arrancarte mi sonrisa de tu memoria,
¡qué darías! porque mi ojos no te miraran
y que mis manos no te tocaran
ni en tu pensamiento.
No es posible,
vida mía,
tu amor por mí es más grande que todo
y nunca lo podrás descoser de tu corazón.
Es una maldición
que irá contigo
como el castigo de tus nuncas.
Tienes mi piel incrustada en tí,
mis besos dibujados en tu boca,
mis sabores,
son parte de tu estar-ser.
06-12-10
lunes, 6 de diciembre de 2010
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