jueves, 21 de mayo de 2009

Filas al atardecer

Cae la tarde en esta gran ciudad,

el crepúsculo se asoma de un rojo intenso,

allá, lejos,

en el horizonte.

Mientras, grandes grupos de personas

alimentan filas, en espera del caballo de fierro

que los transportará de vuelta a sus hogares,

de donde salieron, hace muchas horas.

Los percibo como manadas,

ordenándose uno tras otro,

con paciencia, con cansancio, con resignación,

me duele verlos.

Sin conocer los caminos recorridos

por cada uno de ellos, en esa larga fila,

los imagino, siento por ellos,

¿qué puedo hacer? me duele verlos.

TU PARTIDA

Te fuiste

¿Qué hay?

¿Qué queda?

¿Qué dejaste?

Sólo dolor, ausencia, soledad,

algunos recuerdos, recordados con nostalgia,

nostalgia de saber que no volverás,

que huiste tras otro corazón.

Un corazón que te enloquece,

que te envuelve en su aura de pasión,

que te nubla, te enceguece,

no puedes pensar.

Eres feliz tú,

triste estoy yo, tristeza de creer

que podría haber sido mi corazón

el que te envolviese.

No fue así,

sólo fue un comodín de transición,

mientras seguía latente tu amor por aquel,

por ese otro corazón.

Se acaban las esperanzas,

el tiempo pasa, no quiero volver a creer,

no quiero volver a sentir la nostalgia

de mi corazón deshecho, olvidado