En esta cama,
recuerdo una madrugada de marzo,
cuando nos despedimos,
luego de pasiones desenfrenadas,
de ostras, de champaña,
de whisky, de risas,
de llantos, de conversaciones,
de vida vivida,
de miradas silentes que decían lo indecible.
Con la tranquilidad que da el tiempo,
vuelvo la mirada,
miro el tiempo transcurrido
y......, ¡que verdad lo que supuse!
¡qué justificadas esas lágrimas de aquella madrugada!
Te perdía.
Sabiendo el sueño que me invitaste a soñar,
acepté y soñé,
desafiante dije nunca,
dije la última vez.
07 de marzo
martes, 13 de abril de 2010
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