Dos almas solitarias, desconocidas
vagaban por rumbos lejanos,
sin saber muy bien donde seguir 
o cual era el mejor camino.
Una tarde se encontraron, 
se tomaron de las manos 
y decidieron caminar juntos, 
apoyándose cuando una de ellas tropezara.
Siguen sendas distintas, 
se miran a corta distancia, 
para saber donde están 
y siempre están, 
están la una para la otra.
Esas almas solitarias, somos tú y yo.
03-04-11
domingo, 3 de abril de 2011
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